Una de las razones por las que José María Aznar y los miembros del último gobierno del PP deberían haber sido juzgados e inhabilitados de por vida para la acción política, fue la gestión del atentado terrorista del 11M. Ya escribí en su momento por qué debería ser juzgado Aznar. Pero no solo él. Mariano Rajoy fue conocedor y colaborador necesario de las mentiras que se planificaron desde el gobierno para ocultar a los ciudadanos la autoría de los atentados por motivos electorales, es decir, para mantener el poder por encima de cualquier obstáculo, aunque este obstáculo fuera el peor atentado en la historia de la mediocracia española. En una semana es muy probable que este «político» sea el próximo presidente de España. Aznar, Rajoy y compañía no tuvieron ningún escrúpulo, a pesar de las muertes de cientos de ciudadanos, de manipular los hechos para mantenerse en el poder lo cual nos indica la catadura moral de estas personas. No solo podríamos remitirnos a este hecho sino que sucedieron varios, a lo largo de las 2 legislaturas peperas, que nos indican su bajeza moral y su inadecuación para responsabilidades de gobierno como el accidente del yak-42 en Turquía y la participación del gobierno español en la guerra de Irak.
La estrategia del Partido Popular para ocultar su irresponsabilidad en la gestión del 11M fue «echarse al monte». No cabe en cabeza alguna que fueran a reconocer que la actuación del gobierno fue consensuada y aceptada por sus miembros por lo que decidieron construir una mentira, aún mayor, en la que se ponía en cuestión la labor policial y se lanzaban interrogantes sobre la investigación del atentado y sus conclusiones. Esta mentira fue sustentada por medios de comunicación afines como Libertad Digital, Intereconomía o El Mundo que consiguieron elaborar una teoría de la conspiración en la que se llegaba a culpar del atentado al PSOE y se hablaba de golpe de estado. Y en esas siguen. Pedro J. Ramirez (@pedroj_ramirez) ha sido y es uno de sus irresponsables impulsores y, seguramente, con la más que probable victoria del PP, se vuelvan a recuperar estas mentiras con más fuerza. Por supuesto, las personas más «enfermas» políticamente, fanáticos y agresivos contra la democracia y la izquierda, se apuntaron rápidamente a esta teoría conspirativa, absolutamente inventada. Esta mañana he podido leer una entrada en un blog, llamado «Estado de guerra», llena de conclusiones lunáticas sobre lo sucedido en el 11M, ciertamente nada originales por lo repetidas en los medios de ultraderecha, pero lo inaceptable ha sido la utilización de imágenes de cadáveres descuartizados sin ningún tipo de respeto por esos muertos y por sus familiares, despreciando el dolor y el sufrimiento que generó aquella tragedia. Por supuesto, no voy a enlazar a ese blog porque, al menos desde esta bitácora, no se va a tener acceso a esa mezquindad. Se siembran vientos y se recogen monstruos.
Los responsables de que se provoquen estas situaciones son aquellos que han alimentado a la bestia con intereses puramente partidistas y de consolidación y obtención del poder. José María Aznar, Pedro J. Ramírez, Intereconomía, Libertad Digital, El Mundo, demás medios de comunicación, blogueros, periodistas y todos aquellos que han colaborado en construir esta locura. Mariano Rajoy ha sido uno de ellos, ese que votarán millones de españoles ignorantes o conocedores, que aún es peor, de su ausencia de escrúpulos y de su determinación en conseguir el poder por encima de cualquier consideración moral.
Mariano Rajoy alimentando a la bestia:
Y con él otros miembros del Partido Popular, quién sabe si futuros ministros, como González Pons («Lo raro no es que el PP quiera conocer la verdad del 11M sino que el PSOE no quiera conocerla«), Javier Arenas («es practicamente imposible, lo dicen los expertos, que el terrorismo intervenga en una nación azotada por un terrorismo interno sin que exista ninguna relación«) o Saenz de Santamaría («cualquier español desea que se conozca todo lo que ha pasado«).
No solo la crisis económica nos amenaza.