¡Óχι No Nein Non Não!

Grecia es la vanguardia de la lucha contra las políticas neoliberales de la Unión Europea y las extremas políticas de austeridad que se han defendido como la única salida para los países más afectados por la crisis financiera y económica. Es un país maltratado y humillado que ha dicho ¡basta!. La austeridad impuesta no solo no ha tenido los efectos mágicos que auguraba la Troika y la Unión Europea sino que ha profundizado en el desastre. Una deuda impagable y una economía propia de un país en guerra. Pero no estamos hablando solo de Grecia. Estamos hablando de Europa, de lo que significa la idea europea y del secuestro de la misma por parte de una banda criminal, que utiliza la democracia para imponer los intereses de los usureros y de las élites a las que no les importa ahogar a los pueblos para conseguir sus beneficios. Estamos hablando de democracia y de soberanía, cuyo significado se ha pervertido en la Europa de los mercaderes que se creó a espaldas del pueblo europeo. Lo que tenemos es la consecuencia de delegar lo importante en representantes de la oligarquía, es nuestra dejadez la que ha permitido que el monstruo siga creciendo y devorando. Lo que se dirime en Grecia es la posibilidad de construir una Europa democrática. 

La agresión al pueblo griego afecta a todos los pueblos de Europa y esa agresión está liderada por ministros que han llegado al poder por procesos democráticos pero que se pliegan a las directrices de organismos que poco les importa el bienestar de las personas. Se aupa al poder a aquellos que después defienden políticas contrarias a las necesidades de la población. Grecia ha aprendido de sus errores. Syriza no es la solución a todos sus problemas pero sí es el que planta cara a las agresiones de la Unión y les pregunta cuando el chantaje y la extorsión son la respuesta a sus planteamientos. La convocatoria de un referéndum actúa en la Unión y la Troika como el agua bendita en el cuerpo de un endemoniado. Preguntar al pueblo es una anomalía en esta Europa. Hace unos años promovieron que el referéndum irlandés se volviera a repetir porque el resultado había sido contrario a sus intereses. Al final consiguieron que el pueblo irlandés votara correctamente. La anomalía en la Europa de los mercaderes es la democracia. Ahora toca hablar al pueblo griego y marcar la senda al resto de países europeos para que puedan indicar la puerta de salida a todos los políticos y partidos que han convertido Bruselas en el templo de los mercaderes.


ACTUALIZACIÓN 05/07/15:



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