Rubalcaba se va. Ha estirado la cuerda todo lo que ha podido, en perjuicio de su partido y posponiendo cualquier posibilidad de cambio, que por otra parte es muy difícil que se produzca en un partido en el que no hay caras nuevas ni ideas diferentes.
El control de los pesos pesados ha sido tan asfixiante que ha convertido al antaño partido socialista en un instrumento del poder, manejable, influenciable e inofensivo para el sistema.
La retirada del obediente Rubalcaba ha provocado que hasta Rajoy se lamente. Han sido compañeros de viaje durante muchos años y han alcanzado numerosos acuerdos en virtud de los intereses de las élites económicas, a las cuales sirven los dos grandes partidos protagonistas de lo que se llama el bipartidismo.
Ese bipartidismo amenazado por el surgimiento de una nuevo grupo político y el crecimiento de otros ya existentes.
El sistema tiene suficientes herramientas para domesticar o neutralizar lo novedoso pero mientras lo consigue activa los perros de presa que se esconden en los partidos políticos y medios de comunicación.
No es que reciban una orden para que muerdan sino que, como en el condicionamiento clásico, determinados estímulos activan las respuestas. Ya se sabe: bolivariano, etarra, castrista, Cuba, Corea del Norte…
El espectáculo no solo es hilarante sino que demuestra que lo inesperado les ha puesto nerviosos.
En este estado, los 40 años de dictadura fascista produjeron conscientemente una asociación entre comunismo [izquierda] y barbarie que pervive en muchos españoles por eso no es raro que los herederos y nostálgicos de aquella época jueguen con determinadas palabras que activen los prejuicios.
Vidal-Quadras considera que la aplicación del programa de Podemos transformaría España en una pesadilla totalitaria y ademas recrea un futuro distópico en el que los españoles hacen largas colas con la cartilla de racionamiento en la mano para obtener un par de huevos y un saquito de patatas, en el que los cortes de electricidad les dejan a oscuras con regular frecuencia todas las noches, en el que las jineteras pueblan la Castellana a la caza del extranjero provisto de euros, en el que Podemos, convertido en partido único, impone sus tesis mediante la represión más feroz. A que da miedo, ¿eh?
VQ y su partido de extrema derecha VOX no consiguieron ni un solo eurodiputado en las últimas elecciones europeas. Su opinión sobre Podemos es un ejemplo de lo mal que le ha tenido que sentar que un tío con coleta haya conseguido mas de un millón de votos y 5 eurodiputados. La máxima autoridad de este partido, Santiago Abascal, nacionalista español y nostálgico, también se refirió a las viejas fórmulas soviéticas que trae el nuevo partido.
El profesional del insulto, Alfonso Ussía, ha preferido centrarse en la higiene de Pablo Iglesias, recomendándole un lavado frecuente y el uso de champú. Además, cómo no, hace mención a la Venezuela bolivariana y a la violencia que PI transporta en sus acaloradas venas. No solo esto, también le da tiempo a incluir palabras como kalashnikov, Carrero Blanco, comunismo, estalinismo y nación islámica. Eso sí, todo dicho con el gracejo que le caracteriza.
Pedro Arriola, que según los papeles de Bárcenas cobró en B del Partido Popular beneficiado por contratos públicos y subvenciones, les ha llamado frikies. Mario Conde, condenado 20 años a prisión por el escándalo financiero del caso Banesto, dice que el discurso de Pablo Iglesias es de una penuria intelectual tremenda.
Frente populismo, bolivariano, populismo, mesiánicos, asustarse, amenazador, chavismo, lepenistas, pone los pelos de punta, violentos, momento leninista, asesinatos, miedo, simpatizantes etarras…todas estas palabras han sido generadas por el auge de un partido recién formado que, por el momento, solo ha conseguido muy buenos resultados en las elecciones europeas.
No gobiernan nada, no tienen capacidad de decidir sobre la gestión pública, pero su simple presencia ha provocado urticaria a la caverna de la derecha mediática y política, suficientemente nerviosa como para intentar activar los prejuicios de la gente que permitan neutralizar el avance de esta nueva fuerza política y ciudadana.
El adiós de Rubalcaba -y los elogios del gobierno- y el avance de Podemos -y su criminalización por parte de la caverna- son dos de los efectos que nos han dejado las recientes elecciones europeas. Ambos paradigmáticos del tipo de sociedad en que vivimos.