El Partido Popular siempre se ha presentado como un partido serio y responsable que soluciona los graves problemas del estado español, provocados principalmente por los gobiernos del PSOE, y aunque es mentira ha sido la carta que han jugado en el tablero electoral, de manera muy eficaz, cada vez que han planeado asaltar políticamente al poder. Gota a gota fue calando en los ciudadanos. En relación a la protección y mejoras sociales mejor la izquierda pero en relación a la economía mejor la derecha. Este mantra es falso pero muy aceptado socialmente. Y un arma de descrédito masivo dirigida al PSOE pero también a IU, sobre la que se ironiza, se burla o desprecia ante la simple posibilidad de que sean alternativa de gobierno. El vocero de Rajoy, Francisco Marhuenda, ya lo dijo hace unos días en el programa Al Rojo Vivo al anunciar su autoexilio si gobernara Cayo Lara. Lo cual sería una perspectiva muy agradable siempre y cuando se fuera acompañado por todos los que le pagan y financian para que mienta impunemente en todos los medios en los que se le ha hecho sitio. El PP ha sido siempre un pésimo gestor económico cuyo interés no han sido las personas sino proporcionar un contexto favorable para que sigan ganando dinero aquellos que manejan y controlan los mandos del poder económico en el estado español.
Sus medidas han sido desastrosas para la clase trabajadora y para los servicios públicos tanto en el gobierno de Aznar como en el actual. A pesar de ello la venta de la mentira sobre la eficaz gestión económica ha sido muy satisfactoria y, en la primera década del siglo 21, ayudada por la burbuja inmobiliaria que perfiló Aznar y compañía y que después aprovechó el gobierno socialista de Zapatero para seguir vendiendo el mantra de que «España va bien». Esta corta frase recoge el intento deliberado de este partido para engañar a los ciudadanos, incluidos sus votantes que padecen un síndrome de estocolmo desesperante y que no dudan en sacar la mentira cada vez que se habla de socialismo, economía o alternativas. En plena burbuja la mentira de Aznar y, posteriormente, de Zapatero era fácil de vender pero en la etapa de Rajoy la descarnada realidad es una dura contrincante. Qué tragaderas hay que tener para decir que se está saliendo de la crisis con la falta de trabajo, la destrucción de los servicios públicos, el crecimiento de la pobreza, la erosión de los derechos de los trabajadores o la expulsión de cientos de familias de sus viviendas. Pues unas muy grandes y sin fondo. La comunicación del PP va a parte de la realidad de los otros porque esta no le interesa. No le interesa la realidad de los de abajo, de esos que ven como hormiguitas que se pueden pisotear de vez en cuando en función de sus intereses. No es que estén fuera de la realidad sino que la que vive la mayoría de la gente le es ajena. Su realidad es otra. En concreto que los que tienen dinero y controlan los medios de producción sigan ganando dinero. Y a estos ninguno de los problemas que antes he comentado les importa siempre y cuando puedan seguir ganando dinero. Si no es así, podrían introducir algún cambio. No es operativo acabar con todas las hormiguitas.
El anunciamiento de la buena nueva, la salida de la crisis, es coherente con la estrategia pepera. Pretenden salir reforzados de una crisis que está erosionando la confianza de sus propios votantes y no hay mejor manera que poner las bases para que cale en el imaginario colectivo la idea de que fueron ellos, a través de medidas dolorosas que tenían que tomar, los que sacaron al país de la crisis. El mensaje de que estamos saliendo de la crisis era previsible desde el principio y ahora ha llegado el momento de difundirlo, sin importar los medios. Llevan unos meses. De Guindos, Montoro, Cospedal, Alonso…Rajoy. A pesar de que nada ha cambiado en el sistema económico español que permita aventurar que no se volverá a producir una crisis como la que seguimos padeciendo y sigue sin existir un modelo de crecimiento económico diferente. A pesar de todo dicen que estamos saliendo de la crisis y su protagonista es el Partido Popular. Les echarán una mano los amigos que tienen detrás, no en vano han sido muy obedientes y han aprovechado para cargarse el sistema público y reducir los derechos de los trabajadores. Si todo sigue igual, los ingenuos de toda la vida seguirán repitiendo que si no fuera por ellos…
…otro sistema sería posible, diría yo.