La elección del nombre de Partido X es un acierto. Son una incógnita y, después de su presentación en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, enseñando las caras que han ocultado en estos últimos meses, lo siguen siendo. La parte que me parece más interesante tiene que ver con el desarrollo de la participación política a través de las nuevas tecnologías, que tarde o temprano cualquier partido deberá asumir, pero en lo que queda flojo es en el contenido ideológico. Decir que la ideología que tienen es la lógica es lo mismo que no decir nada pero no solamente eso sino que ni siquiera se sabe si están frente o con el capitalismo, su posicionamiento hacia los derechos humanos o su modelo de sociedad. Por ejemplo, el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, defensor a ultranza de la participación ciudadana desde la indefinición ideológica, defiende posiciones reaccionarias con respecto a la inmigración. Si los ciudadanos deciden que se debe mejorar el sistema de control y vigilancia de la inmigración con el objetivo de evitar los flujos migratorios, ¿qué haría el Partido X? O si se demanda la aplicación de la pena de muerte contra pederastas o asesinos de menores…sin un modelo claro de sociedad este tipo de demandas podrían ser aceptadas por el simple hecho de ser apoyadas por una mayoría ciudadana. La participación ciudadana sin un modelo de sociedad basado en el respeto a los derechos fundamentales de las personas es el camino más corto al fascismo. Y con ello no digo que sean fascistas pero si alerto sobre los riesgos de la indefinición ideológica. Aún así en este estado y en muchos otros países europeos el rechazo a definirse como de izquierdas o de derechas es defendido por partidos fascistas, neonazis y con discursos del odio por lo que este debate no está exento de importancia y no se puede solventar con la simpleza de la ideología de la lógica.
Otro de los aspectos que me producen rechazo es la tendencia tecnócrata existente en el discurso de los X. La tecnocracia puede ser acompañante de la desideologización pero, sobre todo, es la excusa favorita de muchos gobiernos autoritarios para evitar el acceso al poder de eso que los X llaman ciudadanos y para aplicar medidas impopulares como hace día tras día nuestra conocida Troika. Es fácil entender que el gobierno de los técnicos no es lo mismo que el gobierno de los ciudadanos. Aunque los especialistas y los expertos sean necesarios para el desarrollo y la implantación de medidas, no se puede priorizar lo científico sobre las necesidades sociales, no se puede priorizar lo técnico sobre la vida de las personas. Jaime Miquel, exdirector de Gallup, apunta durante la presentación lo que hay detrás de este primer impulso al referirse a los integrantes de este partido como muy preparados y científicos. Pretendía ser un elogio y puede ser una declaración de intenciones.
Y sí, qué mal suena lo del punto de la democracia y punto. Parece tan tajante, tan autoritario, tan poco dialogante. Como lo de no dar un espacio a las preguntas después de la presentación en Madrid.
Mi apoyo a un partido se basa en tres principios: izquierda, anticapitalismo y derechos humanos. El Partido X se queda fuera de mis preferencias.