Sí somos de izquierdas

Durante los periodos de crisis es cuando uno ha de mantenerse firme en los principios de defensa de los derechos humanos, la igualdad, la justicia social y el respeto y la convivencia social. A la vez hay que mantenerse alerta porque los constantes ataques a la libertad, a la igualdad y a la diversidad serán la tónica habitual. La mayoría disfrazados de argumentos simplistas pero sumamente eficaces que pueden aglutinar a un gran número de personas alrededor de ellos. El fascismo no es un fantasma en Europa sino una realidad cada vez más palpable, que ha sabido camuflarse y revivir a partir de planteamientos culturalistas e identitarios, marcando aparentemente las distancias ante un racismo que suscita un mayor rechazo social. El auge de numerosos partidos políticos de ultraderecha, de ideología xenófoba, antigitana, antisemita, islamófoba y homófoba es tristemente una realidad, que sigue creciendo y fortaleciéndose a medida que pasan los años. Algunos de ellos con representación parlamentaria en la Unión Europea y en sus respectivos países. 

El fascismo es una realidad que avanza sin aparente dificultad consiguiendo además que parte de sus planteamientos sean asumidos por partidos de la derecha supuestamente más civilizada como el partido conservador de David Cameron o el UMP francés del derrotado Sarkozy. Sarkozy deportó a familias de los estados miembros por el hecho de ser gitanas, culpabilizándolas de la inseguridad y de la delincuencia en Francia al son que marcaba el partido de la ultraderechista Marine Le Pen. Hollande, el actual presidente francés, perteneciente al partido socialista no ha dejado de expulsar a estas familias. Las agresiones a gitanos son habituales en diferentes países de Europa lo cual contrasta con la mínima repercusión que tienen en la opinión pública en general y en particular en la izquierda, en muchas personas que se consideran de izquierdas y que supuestamente son más sensibles a las violaciones de los derechos humanos. Sorprende, sin duda, el silencio y la pasividad de determinados sectores sociales. Aún así el otro día se produjo una buena noticia al aceptar Eslovaquia derribar el muro que rodeaba un barrio gitano en Kosice a instancias de la Comisión Europea. El muro mental es mucho más difícil de derribar. Los homosexuales y musulmanes son también objetivo de los grupos extremistas. Los posicionamientos de los gobiernos e instituciones ante estos ataques son claramente insuficientes y débiles. El gobierno ruso aprueba una ley homófoba y el COI solo se preocupa de que no afecte a los deportistas ante la próxima celebración de las olimpiadas invernales en el 2014. 

El fascismo se ha ido instalando en lo cotidiano desde esa odiosa coletilla que dice que no somos ni de izquierdas ni de derechas, situando a aquellos que la asumen en la indefinición ideológica que les hace presa fácil de las proclamas fascistas disfrazadas de sentido común y que se aprovechan del creciente clima antipolítico. En Italia Beppe Grillo y su movimiento ciudadano M5S, que defienden posturas críticas frente a la inmigración y antigitanas, adoptaron esa falsa indefinición que en la historia ya repitieron personajes como José Antonio Primo de Rivera y que es una característica propia de la definición de fascismo. En España partidos como UPyD: No somos ni de izquierdas ni de derechas, nos consideramos progresistas, Plataforma x Catalunya: Nos presentamos como un partido nuevo, ni de derechas ni de izquierdas, en cierto modo transversal, el partido con sentido común al servicio del ciudadano, el Movimiento Social Republicano (MSR): Somos la Tercera Vía y en estas tres siglas que hoy os llaman, está el camino correcto de avance y progreso sin izquierdas ni derechas o los partidos falangistas echan la caña de pescar para ver si pican todos los desencantados por los partidos políticos tradicionales. Pero estos mismos partidos son vehículos del nacionalismo español más rancio, heredero de aquel que provocó tantas muertes en el estado español, y de posicionamientos ante la inmigración propios de la ultraderecha, que no respetan los derechos fundamentales básicos de las personas. Cada vez más personas se adscriben al sentido común, a la tercera vía y a la indefinición ideológica inconscientes del peligro de abrir la puerta a la ultraderecha. En la lucha por un sistema más justo y democrático no vale cualquiera como compañero de viaje, aunque se crea que coincidimos en determinadas críticas.

Sí somos de izquierdas y, por consiguiente, antifascistas. No podemos permanecer impasibles ante el avance del fascismo de la tercera vía. El silencio nos hace cómplices. Tenemos que estar más atentos a lo que escuchamos y leemos, distinguir aquello que implica una merma de derechos en la vida de personas con las que convivimos. Desenmascarar a los vendehumos y oportunistas que se camuflan entre las críticas y el descontento ante la situación política, económica y social que nos ha tocado vivir. Cuidar nuestro lenguaje evitando menoscabar a otras personas, deshumanizarlos, aunque estemos en las antípodas ideológicas. No solo debemos parecer de izquierdas sino demostrarlo con hechos. Ser críticos incluso, y sobre todo, con aquellas ideas que provienen de nuestro mismo espectro ideológico. Ser contundentes ante cualquier acción que suponga una transgresión de los derechos humanos. Ser de izquierdas y antifascista implica estar alerta y, amigos y amigas, el fascismo está más cerca de lo que pensamos.


Sugiero la lectura de estos documentos:

– El avance de la xenofobia en Europa, escrito por María Tejada Gámez.

– Informe Raxen especial 2012, elaborado por el Movimiento contra la Intolerancia.


Aquí dejo algunos ejemplos:

Un ejemplo de cómo la Asociación Democracia Real Ya, ni de izquierdas ni de derechas, da voz al líder ultraderechista Nigel Farage de la UKIP del Reino Unido: «Ese proyecto fascista llamado Europa«.

Un ejemplo de xenofobia del populista Beppe Grillo: Italy’s Kabobo. Criminalización, estigmatización y estereotipos racistas a través de un personaje ficticio llamado Kabobo. El Partido X dice sobre el movimiento M5S de Grillo que demuestra que es posible. En un artículo, colgado en su página web, plantea una preocupación por la centralización en la figura de Grillo pero no menciona la deriva racista y xenófoba de este movimiento, lo cual sí es realmente preocupante. Por el contrario, lo considera un movimiento hermano.

Los fascistas tienen similares preocupaciones a las de personas de otras ideologías: los partidos políticos, la corrupción, el desempleo,…pero su modelo de país es enemigo de la libertad, de la igualdad y de los derechos fundamentales de las personas. No lo olvidemos.

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