Esto de la corrupción provoca cosas muy curiosas. Cosas como que un falangista, condenado por impagos a trabajadores de sus empresas y acusado por dar cheques sin fondos, forme una asociación contra la corrupción como la Liga Anticorrupción. O que la extrema derecha de Manos Limpias se persone en causas diversas como el caso Noos o Gürtel. Miguel Bernad, fundador y secretario de Manos Sucias y admirador de Blas Piñar, también tiene su caso de corrupción: el caso Totana. Fue imputado en marzo del 2012 por el juzgado número 3 de Madrid en una investigación por estafa y coacción. En este enlace se pueden leer las escuchas telefónicas grabadas por la Guardia Civil por las que fue finalmente imputado. En este otro enlace se pueden leer las preguntas que se negó a contestar ante la jueza. Ya en el año 2008 se denunció que el sindicato ultra condicionaba la presentación de alguna denuncia al hecho de que se pagaran comisiones ilegales. Es decir, que no existe un interés genuino por la lucha contra la corrupción sino que, por el contrario, participan en ella. Detrás de sus denuncias hay otros intereses. La ideología queda en un segundo plano cuando lo que prima es hacer negocio. A pesar de todo, este sindicato ha denunciado ante el fiscal general del Estado a la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, como presunta inductora y cooperadora en delitos de amenazas y coacciones por los escraches. La campaña de criminalización contra la PAH que ha diseñado el Partido Popular es salvaje. Violencia, totalitarismo, fascismo, nazismo, extorsión, terrorismo, ETA, kale borroka…el objetivo es desacreditar ante la opinión pública la reacción social sea liderada por la PAH o por cualquier otro movimiento ciudadano. Aunque es evidente que la PAH hace pupa. Mucha si tenemos en cuenta lo enfadados que están los populares. Manos Limpias no ha dudado en contribuir en esta campaña. Un sindicato ultra, mezclado en asuntos turbios, denunciando la dignidad ciudadana que representa Ada Colau y la PAH. Un sindicato que ejemplifica la putrefacción moral de este Estado.