Pasan los años y seguimos hablando del pueblo gitano en los mismos términos. La situación del pueblo gitano en muchos países europeos es complicada, difícil, intolerable. El ascenso de la ultraderecha y el fascismo han elegido una diana fácil y conocida. A las expulsiones de familias gitanas de países como Francia o Italia se unen las persecuciones, agresiones y discriminaciones que sufren en países como Eslovenia o Hungría. La crisis ha empeorado sus condiciones sociales y políticas que ya se encontraban en los niveles más bajos, lo cual les convierte en uno de los pueblos que más están sufriendo las consecuencias de la crisis/fraude económico. En el Estado Español las condiciones de vida son mejores que las de países como Rumania pero los recortes sociales y económicos amenazan con echar por tierra lo conseguido en los últimos años. Los gitanos españoles son un pueblo más heterogéneo y rico culturalmente de lo que muestran los medios de comunicación o piensan las personas no gitanas. La cadena Cuatro ha insistido en emitir un reportaje titulado Palabra de Gitano donde ofrece una imagen estereotipada, folclórica y tergiversada de una realidad más compleja y variada, que solo ayuda a mantener los prejuicios y las creencias irracionales hacia este pueblo. La responsabilidad social de los medios brilla por su ausencia y eso tiene sus consecuencias en la opinión pública, que en gran medida es moldeada por estos mismos medios. En la encuesta del CIS el pueblo gitano sigue siendo el más rechazado. ¿Seremos capaces de cambiar esta tendencia alguna vez? ¿Seremos capaces de acercarnos al pueblo gitano con una mirada limpia? No podemos quedarnos en aquello que puede o tiene que hacer el pueblo gitano, sino también en aquello que debemos hacer nosotros. En reflexionar sobre lo que pensamos, lo que damos por hecho, lo que consideramos verdades absolutas y defendemos ciegamente. Tenemos que cuestionar nuestra forma de ver al pueblo gitano para abrir la puerta a esa realidad apasionante que hay detrás de los prejuicios y estereotipos. Ya es hora de que las personas no gitanas descubramos aquello que siglos de ceguera nos ha ocultado.