Tratar a los ciudadanos como si fueran niños pequeños es una de las características de la democracia representativa según la interpretan las fuerzas políticas. El Partido Popular asume el ejercicio del poder desde la arrogancia del que sabe que controla y dirige, del que hace y deshace, del que no tiene por qué explicar lo que dice y hace, fundamentalmente, porque piensa que los de enfrente no necesitan saber nada, porque no lo entienden, porque aunque lo entendieran no importa, porque en su idea de gobierno la ciudadanía sobra, no es necesaria, excepto en la cercanía o durante la campaña electoral. Detrás de la retórica de la democracia está el gobierno de la élite, de la minoría privilegiada que sabe lo que hay que hacer. La democracia ha sido el instrumento para que sigan controlando los resortes del poder los que habitan las torres de cristal. Esto se ha hecho con más o menos tacto, con mayor o menor sutileza en función de la sensibilidad social de los gobiernos y del contexto político. No tienen por qué informarnos y si lo hacen es una cesión, un favor, una limosna y solo dirán aquello mínimamente necesario. No les importa comparecer a través de una pantalla de plasma ni impedir las preguntas de los periodistas. Están por encima de estas tonterías. ¡Están gobernando! y esto conlleva mucha responsabilidad. Zapatero lo llamaba la responsabilidad de gobernar. Por ella hizo la reforma constitucional express. Esta actitud es un reflejo del desprecio que tienen hacia los ciudadanos. La falta de transparencia, la deficiente e insuficiente información que facilita el gobierno actual y las ausencias prolongadas de Mariano Rajoy, que evita las comparecencias públicas para dar explicaciones sobre las acciones y decisiones que toman, son intolerables. El PP ha vuelto a convocar a los medios de comunicación para ver la intervención del presidente ante la Junta Directiva del partido desde la sala de prensa. Los periodistas, que respeten su profesión, deben negarse a cubrir una comparecencia en estas condiciones y denunciar, sin ambages, estas artimañas antidemocráticas. Medios como eldiario.es o 20 Minutos ya han anunciado que no van a acudir a esta farsa. Espero que no sean los únicos