El escándalo de los pápeles de Bárcenas se añade a las decenas de casos de corrupción que se han vivido en el Estado Español, los cuales no han servido para la regeneración e higienización de la política y de la gestión pública sino que, por el contrario, se han mantenido las prácticas irregulares y delictivas en gran parte de los partidos y especialmente en el PP, que se ha caracterizado por la sistematización y la extensión a una gran parte de sus dirigentes, principalmente por sus vinculaciones con grandes empresas y banca especializadas en delitos fiscales y en compra de favores. La corrupción ha ocupado muchas páginas en los periódicos, ha generado mucho debate y mucha indignación en gran parte de la ciudadanía pero nada de esto ha servido para reducirla. Se han vivido situaciones vergonzosas en las que algunos políticos se han mantenido en el poder a pesar de estar envueltos en asuntos delictivos apoyados por los simpatizantes de sus partidos. En muchas ocasiones estas situaciones han derivado en la ausencia de consecuencias en la carrera política de las personas implicadas, fortalecidas por ese apoyo popular.
ACTUALIZACIÓN 13/02/13:
¿Por qué no castigamos la corrupción? por Gonzalo Rivero, Pablo Barberá y Pablo Fernández-Vázquez.
Rooting Out Corruption or Rooting For Corruption? The Heterogeneous Electoral Consequences of Scandals by Pablo Fernández-Vázquez, Pablo Barberá and Gonzalo Rivero (New York University).