Subido por Josep Cañas (@ribonito)
Visto en Periodismo Humano
La comparecencia de Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados consiguió que la dignidad regresara durante 45 minutos al órgano que representa, supuestamente, al pueblo español. Su discurso nos reconcilia con las personas honradas que ante tanta putrefacción moral y política parece que no existen pero son, precisamente, las que están dando la cara y luchando día tras día contra los ataques a los servicios públicos, a la educación, a la sanidad, a los servicios sociales, a la justicia o a la vivienda. La lucha de estas personas son un agravio comparativo para muchos de esos políticos que no han movido un dedo durante estos años para evitar el drama social que viven muchas familias. Esos mismos políticos son los que han reaccionado de forma incómoda y enojada a las palabras claras y desprovistas de adornos, que llama a las cosas y a los criminales por su nombre. Al Partido Popular ya le conocemos y no engaña a nadie más que a los convencidos, muchos de ellos sin remedio, pero el PE (sin obrerismo ni socialismo), oculto tras el nuevo ropaje habitual de la oposición, nos vuelve a ofrecer un espectáculo de camaleonismo político, caracterizado por donde dije digo digo diego y por la ausencia de reconocimiento de responsabilidad, en la intervención de su adscrita Leire Iglesias. Un PE que no hizo nada, que miró hacia otro lado y que no aplicó ninguna medida (no insuficientes como dijo la diputada Iglesias) dirigida a evitar la tragedia de los desahucios ni a meter en vereda a los criminales que infestan la banca y que, para más inri, propició un cambio de la constitución para reducir el déficit público por ley sin consultar al pueblo. La experiencia anterior nos dice que hoy el PE apoya a organizaciones como la PAH y mañana si gobiernan se la pasaran por el aro, como hicieron durante los años de coincidencia del gobierno de Zapatero con la acción de la PAH. Deberían ser más humildes y pedir disculpas públicas. Después cerrar el chiringuito y dejar de utilizar el nombre de socialismo en vano. Sabemos que los gobiernos del PE lo hacen muy mal y sabemos que los del PP lo hacen mil veces peor pero no podemos olvidarnos de que el PE ha sido corresponsable del descrédito institucional y de la decadencia política. No podemos elegir entre lo malo y lo peor. Es hora de que el movimiento civil, democrático y socialmente responsable, representado por entidades como la PAH, tenga el protagonismo que se merece. Ellas sí que nos representan.