18 años en el cargo. Se dice pronto pero estos son los años que Cándido Méndez lleva al frente de la UGT. Los sindicatos mayoritarios necesitan reflexionar sobre este tipo de liderazgos, extensos y proclives a la domesticación y la contemporización con los estamentos del poder. No me creo que en la UGT no haya personas preparadas para jubilar a un Méndez que se postula para una nueva elección por 4 años más. No es este de todas formas el mayor reto para este sindicato que pasa por recuperar la confianza de la ciudadanía a través de una acción sindical que defienda los derechos de los trabajadores, sin pactos con el poder basados en el mal menor sino en el mayor beneficio para la clase trabajadora, que es la que sostiene un estado del bienestar. La continuidad de Méndez implica la continuidad en las formas y en las estrategias lo cual solo conduce al descrédito sin fin de esta organización sindical. Parece que reflexionar sobre lo que uno hace y cómo lo hace para conseguir mejorar la acción no está de moda en las instituciones sociales y políticas incrustadas en este sistema, que les proporciona aire y comida para sobrevivir y que a su vez alimentan, fortaleciendo sus pilares.
Mientras, el P_ _E (ni S ni O) se plantea la renovación programática pero no la de sus dirigentes pero ¿cómo se hace esto si está liderado por uno de los responsables de la actual situación económica, política y social del Estado? ¿Qué utilidad tiene modificar los contenidos invocando a una mayor participación ciudadana sin variar el sistema, que empuja, dirige e impone una forma de hacer política alejada de la democracia participativa y que mantiene a la ciudadanía como simples espectadores?. La permanencia de Rubalcaba es un signo de que el P_ _E no cree en una democracia participativa y la reivindicación de la participación solo es un intento de recuperarse electoralmente para estar en disposición de competir por el poder con el PP. Es más de lo mismo disfrazado con las palabras que saben que muchos ciudadanos quieren escuchar. Cambio y Rubalcaba se han convertido en un oxímoron. Rubalcaba representa a los políticos de la vieja escuela como Bono o Griñán que han colaborado en la precariedad democrática actual y que lejos de reconocer su responsabilidad y su incapacidad para avanzar hacia una democracia real se muestran soberbios y arrogantes cuando miran hacia atrás y se mantienen en sus puestos, pase lo que pase, sin la suficiente humildad para apartarse y permitir un cambio de verdad.
De todas formas, si estas organizaciones fueran capaces de embarcarse en un proceso sincero de cambio, su supervivencia estaría en entredicho puesto que difícilmente podrían sobrevivir a un cambio de sistema cuando ambas, de alguna manera, son y forman parte de la pervivencia del actual. Es una paradoja de difícil afrontamiento. Cambiar es igual a desaparecer y por eso disfrazarán como cambios lo que solo es una manera de seguir igual. De seguir existiendo. Aunque este seguir existiendo es solo una ilusión puesto que permanecer igual tiene como fin ser devorado por el sistema que han alimentado.