Resulta sorprendente que el Director General de la Policía, Ignacio Cosidó, afirme que se está produciendo un incremento de la violencia contra la policía. ¿Es este el análisis que se hace en medios policiales de la violencia injustificada, desproporcionada y arbitraria de la UIP de los últimos meses? No confío en que se produzca la necesaria autocrítica y reflexión. Esto no va a pasar. Lo que va pasar y está pasando es la deriva autoritaria del Estado contra las protestas sociales. Y en este marco se entienden las decisiones que se toman y se van a tomar desde el Ministerio del Interior. Prohibir la difusión de las grabaciones ciudadanas de la acción policial es la manera de evitar que se difunda la actuación irregular de sus miembros, asaltando locales privados, golpeando indiscriminadamente a ciudadanos y generando caos y violencia en cada una de sus actuaciones. No solo ocultan sus identificaciones sino que también ahora quieren que el mundo no vea lo que hacen. Son conscientes de que su violencia es socialmente rechazada y mancha la imagen autoconstruida. Su visión de la realidad es esquizofrénica. Donde el mundo puede ver agresiones de la policía a manifestantes indefensos, Ignacio Cosidó y compañía ven violencia contra la policía. Donde el mundo ve a policías pertrechados con sus cascos, chalecos y porras para actuar de forma violenta, Ignacio Cosidó y compañía ven en las protestas pacíficas cultura de la violencia. Es el mundo al revés. La responsabilidad, cómo no, es del gobierno. Es el gobierno de España el que ha diseñado una estrategia represiva contra los movimientos sociales y civiles, y las delegaciones de gobierno y la policía son el instrumento para ponerla en práctica. Esto es solo el comienzo. Aún podemos llegar a grados de represión mayores.
Pueden prohibir lo que quieran pero no conseguirán que los vídeos sigan mostrando al mundo quiénes son y qué hacen.
El Kaleidoskopio de Gabalaui KdG 