Parece que olvidaron así que habrá que recordarles

Gestionar las victorias es uno de los mayores retos en política. Uno no solo gobierna para aquellos que les dieron su voto sino también para aquellos que votaron a otros e incluso para aquellos que decidieron no votar, votar en blanco o nulo. Esto es fácil decirlo pero en la práctica pocas veces es llevado a cabo. La derecha política de este país se llenó la boca de cambio y vomitó una reforma laboral que supone un ataque frontal a los derechos fundamentales de los trabajadores. Todo con la excusa de que los españoles le dieron su apoyo en las pasadas elecciones nacionales del 20N. Creyeron que ganar aquellas elecciones les concedía una tabula rasa, con lo que podían hacer lo que quisieran, utilizando la actual crisis como justificación de unas medidas dirigidas al deterioro de los servicios públicos y a la consolidación y el aumento de los intereses del poder económico. Parece que olvidaron que ganaron unas elecciones por demérito de su mayor oponente, que su victoria estuvo lejos de ser un ejercicio de confianza de los españoles hacia Mariano Rajoy, cuyos méritos son bien conocidos para aquellos que tienen memoria de su labor en el gobierno de José María Aznar y durante la oposición al gobierno de Zapatero. Parece que olvidaron que el ganador de las elecciones del 20N fue el absentismo y el hartazgo hacia los políticos de los grandes partidos. De lo que no se han olvidado es de utilizar algunas herramientas insignes del Partido Popular como son la mentira y la manipulación, de las cuales han hecho gala en estos meses sin ningún pudor. No han tardado ni unos minutos, una vez cerradas las mesas electorales en Andalucía y Asturias, para subir a YouTube su vídeo propagandístico sobre la reforma laboral. No estamos hablando de la visión del gobierno sobre esta reforma sino de las mentiras que esparce sobre la misma, afirmando que favorece la contratación y la creación de puestos de trabajo, entre otros asertos. Ellos saben que no es así. Si alguien está interesado en conocer la reflexión del PP a raíz de los inesperados resultados de las elecciones andaluzas y asturianas, la difusión de este vídeo y de sus mentiras nos ilustra de forma muy adecuada. Creyeron que en Andalucía ganaban de calle, realmente todos lo creíamos, y se comportaron como ganadores sin haber acabado el partido. Javier Arenas aparecía con un aura al estilo we are the champions, se negaba a debatir con sus adversarios políticos y abundaba en la corrupción de los ERE, pero parece que muchos andaluces andaban pendientes de otras cosas. Quizás miraban hacia Castilla La Mancha y a María Dolores de Cospedal, y anticipaban lo que se les venía encima. Quizás miraban hacia la Comunidad Valenciana o la de Madrid, y certificaban las realidades de las comunidades gobernadas por el PP. Quizás no se creyeron la imagen que intentan transmitir y se quedaron con lo que son, con lo que han sido siempre. Quizás pensaron en el riesgo de que los populares gobernaran en, prácticamente, todas las comunidades autónomas y en lo que esto supone para nuestro endeble estado del medioestar. Aún así no pienso que el gobierno popular rectifique su actitud ni ninguna de sus medidas contra los ciudadanos. No habrá lugar ni para la reflexión ni para la humildad. De hecho, seguirán intensificando sus ataques aunque ayer se dieran cuenta de que no transitan por la senda reservada a los héroes. No engañan a nadie más que a los convencidos.

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