«La abogacía del estado pedirá mañana al tribunal supremo que prohiba la inscripción de Sortu en el registro de partidos políticos al considerarlo sucesor de la ilegalizada Batasuna, según fuentes jurídicas«. Así lo cuenta Público. Lo que dije en su momento: da igual lo que haga Sortu, como si hacen el pino puente. Es un comportamiento esquizofrénico. Obligan a cumplir una serie de requisitos para ser un partido político legal, los cumplen y aún así maniobran para ilegalizarlos. ¿Las razones? Peregrinas. Ninguna prueba. Solo que a la presentación del partido asistieron «más de 30 antiguos cargos o militantes de Batasuna», según informes de la policía y la guardia civil. Eso sí, los informes supongo que omiten que Sortu rechaza de forma inequívoca y firme todo acto de violencia y terrorismo y de sus autores. No solo eso sino también que muestra su disposición a contribuir a la definitiva y total desaparición de cualquier clase de violencia, en particular la de la organización ETA. Esto les da igual a los partidos que se dicen democráticos como el PP o el PSOE. Se creen los más listos de la clase y que no les engaña nadie. Nadie clamará al cielo ante esta injusticia. Igual que nadie lo hizo con Egunkaria o Udalbiltza, sobre los cuales también existían informes policiales que los vinculaba con ETA y después nada de nada. La justicia, eso sí años más tarde, los exoneró de cualquier vinculación. Ahora, ¿impedirán el acceso de Sortu a las próximas elecciones municipales, con la fuerza del brazo corrupto de la ley?.