Atrapados por el tinglado

Una vez que sobrepasas la línea, no hay marcha atrás. Estás atrapado por el tinglado.

Las decisiones que toman nuestros políticos tienden a ser cuestionadas de forma ideológica, de tal manera que esta o aquella decisión es propia de la izquierda o de la derecha, progresista o decadente, socialmente avanzada o mantenedora del statu quo. Se entiende que los políticos, al pertenecer a una determinada corriente ideológica toman decisiones en función de ella. Esto es cierto a un nivel muy fundamental en el cual se podrían encontrar las bases de los partidos o políticos de influencia limitada, que no ocupan puestos de relevancia. Es falso cuando hablamos de la élite política. La ideología es bulto que se factura cuando la situación lo requiere pero es, también, lo primero que se tira cuando llega el momento de deshacerse del lastre necesario que les permita volar hasta el paraíso soñado. Existen los que traicionan unas ideas, que sostienen desde que eran jóvenes, y los que, conscientemente, las instrumentalizan para conseguir sus intereses. Todo esto se produce además en un contexto propicio creado por el sistema capitalista, donde la ideología está muerta y el poderoso caballero, que recitaba Quevedo, reina como un déspota.

Gobernar implica estar sujeto a fuertes presiones que defienden intereses ajenos al bien común y ello implica que las buenas intenciones se deben dejar aparcadas a la entrada del despacho oficial. Hay un ajustado margen de maniobra que cualquier político «responsable» no debe rebasar. Los cantos de sirena, que el sistema capitalista entona para todos aquellos que comienzan a manejar cuotas de poder, ejercen un atractivo insoslayable para todos ellos. De esta manera, un socialista francés como Dominique Strauss-Kahn se puede convertir en director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que ha provocado desastres económicos en varios países y hundido en el subdesarrollo a la mayoría. Otro famoso socialista inglés, Tony Blair, colabora en la destrucción de Iraq mientras se beneficia de un contrato con la empresa surcoreana UI Energy Corporation con intereses petrolíferos en el Kurdistán iraquí. El socialista español Joaquín Almunia, hasta hace un mes Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea y actual Vicepresidente y Comisario Europeo de Competencia, recientemente hizo unas calculadas declaraciones que provocaron la mayor caída de la bolsa española desde 2008 además de la caída de las bolsas de los otros 2 países a los que se refirió, Portugal y Grecia. ¿Alguien puede creer que Almunia no conocía de antemano las repercusiones de sus declaraciones?

Las decisiones fundamentales que toman nuestros gobiernos tienen un componente básicamente económico. Mientras nosotros hablamos de libertades, ellos hablan de ganancias. No les importa traicionar ideales porque éstos son impostados, utilizados para medrar y obtener beneficios, pero saben cómo utilizar el lenguaje y los medios de comunicación para convencernos de lo contrario. Todo se encuadra dentro de la lógica del sistema. Pecamos de ingenuos. ¿Cómo pensamos que se pueden sustraer de las presiones de las fuerzas directivas del sistema?

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