Algo huele mal en el Estado español y se llama Partido Popular

Que Rajoy es una persona honrada, recta, justa y dedicada al servicio público nos lo demuestra que aún sabiendo la gravedad del vertido del Prestige dijo que eran unos hilitos o que permitió que el cuento del 11M, inventado por El Mundo, fuera aventado y alimentado por sus compañeros de partido o que participara en el gobierno que metió a España en la guerra criminal de Iraq a partir de la mentira de las armas de destrucción masiva. Que es fiable nos lo demuestra el apoyo público a sinvergüenzas como Francisco Camps, Carlos Fabra o Luis Bárcenas. Si adoptáramos la neolengua popular y desposeyéramos de significado a palabras como honradez, rectitud y justicia, sin duda que Rajoy posee estas virtudes. Pero la realidad, que es muy pelleja, se empeña en demostrar que lo que se suponía, es, que lo que se intuía, es y no porque Rajoy haya dado un puñetazo encima de la mesa para poner algo de orden en el gallinero sino porque los amores despechados pasan factura ahora de la misma manera que hace años pasaban sobres de mano en mano entre aquellos que mandaban y presumían de honrados. Uno no solo ha de serlo sino también parecerlo, esa conjunción inevitable y necesaria entre lo que se dice y se hace, entre lo que es y lo que aparenta ser pero Rajoy y compañía solo se han preocupado en parecerlo, y además de mala manera, con muy pocas dotes para la escena y el teatro. Ahora, cuando les han pillado (y que conste que no es la primera vez), se indignan y se repiten a sí mismos que son honrados para ver si se lo pueden creer ellos mismos. Nos dicen que ellos no, que son los otros, los de otros partidos, que son casos puntuales, que son víctimas, que les han engañado, que no tiene que ver con el partido, que se van a querellar y mil cosas más en esa algarabía que intenta ocultar la culpabilidad manifiesta. Se hacen los ofendidos porque es lo que el libreto de actuación, que ellos mismos diseñaron, dice que hay que hacer cuando les pillan con las manos en la masa. Lo que ocurre en el Partido Popular y en el gobierno español es el corolario de años de mentiras y de engaños, de burlas y desprecios y es una consecuencia del sistema que se construyó a partir de la transición como herencia del franquismo. Los motivos de lo que ha ocurrido los encontramos en esas conversaciones que han permitido que alguien hiciera lo incorrecto porque no pasa nada. Los motivos están en la inoperancia de los organismos de control que no solo no han descubierto las trampas sino que, en gran medida, las han ocultado. Los motivos están en mirar hacia otro lado, en premiar con votos a consagrados delincuentes, en validar la imagen construida a semejanza del mafioso y rechazar las acciones, los hechos, que nos decían que estos no eran de fiar. Han podido decir y hacer lo que han querido porque no ha habido consecuencias. Este es el momento. El Partido Popular está podrido y no debería volver a ganar jamás unas elecciones en ninguna parte del Estado. La derecha debería plantearse crear un partido responsable y honrado que pueda representar a los ciudadanos de la derecha responsables y honrados. Empezar desde cero con principios democráticos y cortar pública y explícitamente sus ataduras con el pasado. Y por supuesto, este gobierno debe dimitir en pleno. No hay excusa alguna para que en las altas instituciones del Estado se sienten delincuentes.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.