El grano en el culo de la derecha española

Una vez conseguida la repatriación de Ángel Carromero, el PP Madrileño se prepara para una campaña que limpie su nombre y ensucie el del gobierno cubano. Esperanza Aguirre ya ha comenzado la ofensiva contra Cuba hablando de tortura y dictadura para que nos quede bien claro que nada de lo que provenga de esa pequeña isla caribeña es creíble. Para ello contarán con el apoyo inestimable de la caverna mediática que amplificará aquello que sirva para ir contra la isla. El primer objetivo es sacar a Carromero de la cárcel y para ello el Ayuntamiento de Madrid ha aprobado la reincorporación a su trabajo como consejero técnico en la Junta Municipal de Moratalaz lo cual allana el terreno para la concesión del tercer grado junto con el arraigo familiar y la ausencia de antecedentes penales. El segundo objetivo, limpiar la reputación manchada, y el tercer objetivo, atacar al gobierno cubano para mayor gloria de la oposición cubana, se entremezclarán. Se insistirá en su inocencia, en lo buen chaval que es y se volverá a hablar sobre el accidente en el que murió Oswaldo Payá y Harold Cepero, recuperando la versión que la oposición cubana más mediática y tramposa defendió al segundo de conocerse el triste desenlace. Nos hablarán de los testigos y de los mensajes de móvil, que nadie ha visto ni mostrado, en los que se hablaba de un coche que les embistió. Todo ello en el marco de que Cuba es una dictadura comunista de la que no hay que creerse nada de lo que diga para que nos resulte más digerible toda esta opereta. Nos hablarán de la farsa judicial y del mal trato recibido en prisión hasta el punto que la película El expreso de medianoche nos parecerá una comedia aunque el abogado haya declarado que tuvo un juicio justo y con garantías de conformidad con la normativa cubana o que el trato recibido en prisión fue digno. Carromero es probable que tenga en todo esto un perfil bajo puesto que no deja de estar cumpliendo una pena aunque no sería de extrañar que pudiera dar pie a alguna de las especulaciones que se viertan sobre su caso en los medios amigos pero lo que no hará es explicar las verdaderas razones por las que viajó a Cuba, que son las mismas por las que Jorge MoragasPablo Casado viajaron antes que él y que se enmarcan dentro de una política del Partido Popular de desestabilización de estados ideológicamente rechazables desde el punto de vista neoliberal. Que sea una democracia, una dictadura o una república bananera es lo de menos como se puede comprobar por sus actuaciones en países como Honduras o Bolivia, ideológicamente rechazables en los que se apoyo el golpismo, o en Colombia, ideológicamente afines lo que propició el silencio ante el terrorismo de estado liderado por Álvaro Uribe. Pablo Casado, el responsable del embolado, ya se ha encargado de aclarar que el motivo del viaje de Carromero fue personal y que nadie del PP le envió a Cuba pero esto es difícil de creer cuando te has visto involucrado en un accidente con uno de los opositores cubanos más conocidos en una isla donde se encuentra el pandemónium del comunismo, el fastidioso grano en el culo de la derecha española que untan con la palabrería hueca de la libertad y la democracia que, como demuestran diariamente en el estado español, les importan más bien poco.


ACTUALIZACIÓN 04/01/13:

Este es un ejemplo de la ofensiva ultraderechista difundida por, ¡cómo no!, el diario La Gaceta: Caso Oswaldo Payá «Tú no vas a sobrevivir a Fidel; te vamos a matar». Para vender la versión de que el accidente de Carromero fue provocado porque les embistió un coche -versión de la que no hay ni una sola prueba y que se armó al milisegundo de suceder el accidente cuando solo se sabía que Payá y Cepero habían muerto- el diario La Gaceta describe supuestos ataques y amenazas a Payá por parte de la seguridad cubana en días y años anteriores. Hablan de un SMS enviado por Jens Aaron Modig después del accidente que nadie ha visto y que sorprendentemente La Gaceta no muestra, después de seis meses del suceso (no tardará en aparecer uno). Se centran en unas declaraciones sobre el accidente supuestamente leídos por el capitán Fulgencio Medina de la que no hay pruebas más allá de lo que dice la familia de Payá. Hay que recordar que la familia de Payá defendió el asesinato y acusó al gobierno cubano sin saber qué había ocurrido, es decir, que por defecto la versión válida era el asesinato. Morir de un vulgar accidente de circulación no les era creíble por la prominencia de la figura de Payá. Como buen opositor tenía que morir asesinado por el gobierno…pero a veces la realidad no es como uno quiere que sea, y si a esto le añades el dolor y la rabia por la muerte de un ser querido, se entiende que la familia de Payá defienda la versión alternativa. Lo que no se entiende es que  La Gaceta difunda unas acusaciones sin haber contrastado la información. No se entiende si fueran periodistas, claro. De hecho, se convierten en detectives de tres al cuarto, en una imitación barata de Sherlock Holmes, preguntándose retóricamente a quién beneficia la muerte de Payá. La respuesta para ellos es evidente: al gobierno cubano. Pues con esto ya es suficiente para acusarlo. De la autoinculpación de Carromero pasan de puntillas. Ni siquiera son capaces de hacer un análisis riguroso sobre ello. Que si la repatriación tiene el precio del silencio de Carromero, que si aquí no es delito…el artículo, en definitiva, está escrito para generar dudas sobre lo que fue un accidente y demonizar al gobierno cubano, con ese aparte ridículo sobre el espionaje cubano que finaliza con la frase aún más ridícula en referencia a la prostitución: …porque en Cuba el sexo siempre ha sido un arma de contraespionaje. De risa.

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