«El pueblo heleno ha votado hoy por la permanencia del país en la Eurozona y a favor de las fuerzas políticas que traerán desarrollo y empleo«. Estas palabras las pronunció anoche el líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras. Se hace difícil creer que los que engañaron a sus ciudadanos puedan ser los que consigan generar crecimiento en el país y velar por las libertades y derechos de los griegos. Sobre las elecciones griegas se harán muchos análisis a lo largo del día. En mi opinión hay dos aspectos destacables.
El primero tiene que ver con el ascenso espectacular de la coalición de la izquierda radical Syriza, que ha pasado de un 4% de votos hace 4 años a casi un 27% en estas últimas elecciones. Es un ejemplo de unidad de diferentes fuerzas políticas de la izquierda y de la extrema izquierda, una unidad radical (sí, radical, que algunos parecen tener tiña a la palabra) que ha sabido separar las diferencias y sumar fuerzas para ayudar a sacar al pueblo griego de la situación social y política calamitosa en la que se encuentra. Una coalición que decidió, absoluta y radicalmente, rechazar a los partidos responsables de llevar el país al desastre, con la colaboración de las instituciones europeas. Es decir, ND y PASOK. La unidad conseguida por Syriza indica a la izquierda española que es posible, que funciona y que ademas puede ganar.
El segundo tiene que ver con que, a pesar de la desastrosa situación social griega, con un alto desempleo, la depauperación de los ciudadanos, los problemas de desnutrición y alimentación, la privatización de los servicios públicos y la desaparición de lo público, en definitiva, a pesar del memorandum que conduce al abismo al pueblo griego, casi un 30% de los electores votan a uno de los responsables de que estén en esta situación, Nueva Democracia. Y en esto, seguramente, tuvo mucho que ver la campaña mediática europea y griega que tenía el objetivo de generar terror a que ganará Syriza.
El futuro nuevo gobierno encabezado por Samaras tendrá una fuerza de oposición real y radical que defenderá los derechos de los ciudadanos griegos frente a los derechos de los acreedores que defenderán «esas fuerzas políticas que traerán desarrollo y empleo». La situación política y social seguirá inestable, sin olvidar la presencia de los neonazis que aterrorizan a los inmigrantes, mientras que no se rechace el memorandum, se audite la deuda, se juzgue a los responsables, se potencie el sistema público y se implanten medidas de crecimiento.