Estoy convencido de que Urdangarín saldrá de rositas y al final habrá que pedir disculpas por haber pensado tan mal y se hablará de la injusticia y del sufrimiento que ha supuesto para él, su familia y la familia real todo este proceso. Se hablará de la canalla de la plebe, de la turba ignorante y de la masa enfurecida y ciega que actúa sin conocimiento. No tengo ninguna duda. Podría tener alguna esperanza de que la justicia se evadiera de la influencia real pero en este país eso es absolutamente imposible. Quien tiene todas las papeletas de cargar con toda la responsabilidad es su amigo sinvergüenza y plebeyo Diego Torres. Por supuesto, la infanta Cristina ni tocarla. Los periodistas falderos, pelotas irredentos, nos contarán un cuento de príncipes y princesas, de injusticias y de traiciones, de honradez y de majestades, de sufrimiento y de recuperación del honor. Situaran a la casa real en la posición de víctima y alabarán cada uno de los movimientos reales que hagan, su entereza para afrontar esta difícil situación y el ejemplo de responsabilidad que dan a sus súbditos. La casa real saldrá reforzada y se alimentará el relato inventado sobre su grandeza. Como mucho, se podrán deshacer con el tiempo del idiota de Urdangarín, que no supo guardar bien escondidos los trapos sucios que tan bien esconden los de original sangre azul. Le desterrarán a alguna mansión perdida de la mano de dios, lejos, muy lejos de las tierras del rey pero la casa real seguirá impoluta, sin mancha. Esto por encima de todo y de todos. Aquí no hay justicia sino es la que marca su majestad.
El Kaleidoskopio de Gabalaui KdG 