Estas son las virtudes que el Ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, concede a las Unidades de Intervención Policial (UIP). Trabajan ejemplarmente y aguantan mucho, insultos y provocaciones, lo cual le sirve al ministro como justificación de las cargas policiales. Es decir, que un hijo puta o un lacayo del sistema es suficiente para que te abran la cabeza, que por otra parte al ministro le parece una leve contusión. ¿No se supone que se les prepara para esto o se piensan que en las protestas en la calle se guardan las formas educadamente? No, no son tan ingenuos. Las últimas cargas en la Comunidad Valenciana, así como las que han sufrido muchos ciudadanos madrileños en los últimos meses, son de difícil justificación, como demuestran los innumerables testimonios gráficos. La policía cargó porque se les dio la orden de actuar contundentemente ante la mínima provocación, ya sea cortar una calle o cualquier otra acción que consideren una ilegalidad. Y esas órdenes provienen del mismo ministro que considera que las UIP actúan con mesura, prudencia y fortaleza, y con las que por principio va estar siempre a su lado (al lado de los ciudadanos no, claro). Las órdenes que han recibido los delegados del gobierno son claras: impedir por todos los medios la movilización ciudadana y dar una imagen de fuerza frente a lo que consideraron una debilidad del anterior gobierno, poco expeditivo a la hora de actuar contra el movimiento 15M, fundamentalmente. Sin contar el cierre de la Puerta del Sol, en un miniestado de excepción que impedía la libre circulación de los ciudadanos (esto sí, y no la acampada), las cargas en el Ministerio de Interior en el Paseo de Castellana o las de la Jornada Mundial de la Juventud. El ministro no solo miente sino que es el máximo responsable junto con los que han diseñado la tolerancia 0 con los movimientos civiles, entre los que se cuenta, por supuesto, el también mesurado y prudente presidente del gobierno, Mariano Rajoy.
Mesura, prudencia y fortaleza
Agencia EFE