No sé si todavía somos conscientes de lo que se nos viene encima. Racionalmente somos capaces de aventurar todo lo que vendrá pero aún no lo estamos sufriendo lo suficiente como para que la indignación se traduzca en acción y no lo digo por el 15M, lo mejor que ha ocurrido en este país en las últimas décadas. Aunque suscita muchas simpatías, esto no se correlaciona con una participación activa en los espacios 15M. La mayoría sigue esperando que alguien haga algo que nos permita salir de la crisis actual pero ya pueden esperar sentados. Ninguna de las medidas que se han aplicado en los últimos cuatro años ni las que se aplicarán en el futuro servirán para nada porque todas se enmarcan dentro del sistema que ha alimentado a esta última crisis financiera y económica. Se está confiando en los mismos pirómanos que han provocado intencionadamente el incendio y son ellos los que irán modulando la altura de las llamas en función de los intereses del capital. Nosotros iremos sufriendo quemaduras de distinto grado, a partir de la línea de salida en la que nos encontrábamos al comienzo de esta crisis generalizada, pero al final acabaremos quemados al 100%. Esto es lo que ocurrirá mientras esperamos sentados. Mientras solo hablemos de los recortes que se esperan o que ya se han realizado como una realidad inevitable sobre la que no tenemos capacidad de influir. Mientras asimilemos los discursos en los que nos dicen que es el único camino posible y nos resignemos. Mientras creamos que la participación activa, política y ciudadana no sirve de nada y deleguemos la acción en personas que, por su origen social y económico, no han sufrido nunca las consecuencias de «una crisis». Mientras nos coloquemos al margen de los espacios decisorios y esperemos que nos indiquen el camino a seguir, el único camino posible. Mientras permitamos que se tomen decisiones en las que se precarice el mercado laboral, se deterioren los servicios públicos y se atenten contra los derechos fundamentales de los ciudadanos. Mientras pensemos que la solución de esta crisis se encuentra dentro del sistema capitalista. Mientras no creamos en nosotros mismos.