Es evidente que ante una operación de limpieza nada como limpiar de «guarros» la plaza de Catalunya. La terminología utilizada por los agresores y las explicaciones de actuaciones violentas institucionales oscilan entre la hipocresía y el cinismo, aunque todas ellas tienen un aspecto en común que es ir preparando a la opinión pública para una agresión (que ellos llaman operaciones policiales). En Madrid, la derecha rancia gobernante se refiere a la #acampadasol como poblado chabolista y ya sabemos qué se activa en el cerebro de muchas personas al oír esto. Ratas, suciedad, problemas de salubridad, inseguridad…ideal para desalojar. Se refieren a la situación con palabras como «degeneración» y secuestro o llaman a los concentrados okupas, perroflautas y otras calificaciones despectivas que hagan más tolerable una posible acción policial. Estos calificativos han sido también utilizados por muchas personas en la red sin saber distinguir ente la crítica razonada y la descalificación a ciudadanos que están ejerciendo su derecho reivindicativo. Los comerciantes de Sol se sienten «rehenes», por lo tanto, ya sabemos que quienes los retienen son secuestradores y delincuentes. Las asociaciones de comerciantes COCEM y APRECA acusan de transmitir al exterior «una desastrosa imagen» de Madrid y de España (¡ojo, una movilización democrática, ciudadana y pacífica!) e incluso de que no hayan podido hacer ninguna contratación para el inicio de campaña de verano (¡van a tener culpa hasta del desempleo!). La hipocresía y el cinismo no es propiedad exclusiva de algunos políticos. Hedor insoportable, foco de infección, quiebra del estado de derecho, asfixia, ocupación, zona catastrófica…Así se crea el marco adecuado y se gana el apoyo de la opinión pública para una agresión institucional.