Es habitual en la política española. Si hay que elegir entre las palabras y los hechos se eligen las palabras, que son más manejables y después uno puede hacer lo que quiera. El cinismo descarado del Partido Popular creo que no tiene parangón en Europa.
Esto es lo que dice en el documento titulado «Regeneración»:
Menuda cara dura.
Pero esta imagen vale más que mil palabras (o las que tenga el documento regenerativo):
El imputado Francisco Camps firmando el manifiesto que compromete
a los dirigentes populares a una gestión más austera, reformista
y limpia de políticas corruptas (Montserrat Díez-EFE-)