La reacción de los bancos y otras entidades como paypal, visa y mastercard ante las revelaciones de Wikileaks es clarificadora de la influencia del imperio para cortocircuitar y censurar aquello que resulta molesto o potencialmente peligroso para sus intereses. Que los ciudadanos manejen información es a todas luces un escenario rechazable para las élites porque una de las líneas maestras en la que se asienta su poder es mantener a la población desinformada. La postura de estas entidades contrasta con la que mantienen en otros asuntos. Por ejemplo, uno puede colaborar económicamente con el partido de ultraderecha de Alianza Nacional a través de una cuenta del Banco Santander Central Hispano BSCH. Puedes hacer donativos a la extrema derecha de Democracia Nacional a través de La Caixa o de Caja Campo. También puedes comprar camisetas o unirte al Ku Klus Klan con tarjetas como visa, mastercard o american express al igual que hacer donaciones al fascista Front National francés de Jean-Marie Le Pen, comprar merchandise del National Front británico o suscribirte y hacer donaciones a los extremistas americanos del Tea Party. Parece que ante las ideas xenófobas y racistas y ante la apología de la violencia no reaccionan pero ante la difusión de información libre, cortan las vías de financiación. Curioso.