A pesar de todo, presidente del gobierno

Mariano Rajoy nació en una familia privilegiada social y económicamente de tal manera que el propio Rajoy no dudaría en considerarse asimismo hijo de buena estirpe. Ya talludito Rajoy glosaba un libro en el que consideraba que aquellos que utilizaban expresiones como «la eliminación de las desigualdades excesivas», «supresión de privilegios», «redistribución» o «que paguen los que tienen más» eran demagogos, en esa deriva intelectual, propia de la élite económica y social, de defensa de la desigualdad social por la gracia de dios. Rajoy creció en un hogar franquista. Asimiló ideas como que el autoritarismo y la toma de poder ilegítima e ilegal* estaban justificados por el bien de un interes superior como es la patria. Los privilegios, a su vez, eran la consecuencia natural de una genética envidiable y era de justicia que las familias de bien y de misa diaria dispusieran de los mismos por encima y a costa de aquellos que provenían de familias de baja estofa que disponían de una genética sin relumbrón. Su formación intelectual y política, de la que no ha renegado en ningún momento, se basaba en la consideración de una sociedad jerarquizada y autoritaria organizada en base a la desigualdad social, política y económica. Igualmente consideraba más eficaz la gestión privada frente a la estatal, criticaba la progresividad fiscal o el gasto público. Con estos mimbres ha conseguido llegar a presidir el gobierno del Estado Español. A pesar incluso de su gestión como ministro en los gobiernos de Aznar y la participación activa en el declive económico que estamos sufriendo en aquello que su mano derecha, Maria Dolores de Cospedal, llama el milagro español. A pesar de todo, presidente del gobierno. Gracias, no lo olvidemos nunca, al voto de millones de españoles que sufren, al igual que los que no le votaron, de las medidas antisociales y del desmantelamiento de los servicios públicos esenciales.

Mariano Rajoy no se ha separado ni un ápice de los planteamientos políticos y sociales de su juventud. Su gobierno se caracteriza por la falta de transparencia, el autoritarismo, la imposición y la ausencia de diálogo social, el desprecio a los movimientos sociales y a los ciudadanos críticos, la erosión y la demolición de la educación y la sanidad, la puesta en manos privadas de los servicios públicos, el mantenimiento de los privilegios de las clases adineradas y la criminalización y la represión de los movimientos de protesta. Todo ello aderezado con hipocresía, cinismo y mentiras variadas. Pero sobre todo, el presidente de gobierno Rajoy, en virtud del amor a la patria que le inculcó su amado y franquista padre, ha hecho el mayor sacrificio posible como es incumplir el programa electoral con el que se presentó a las elecciones del año 2011. No estamos hablando de incumplirlo un poco sino integramente, con toda la caradura, sin explicación alguna más allá del simplismo de estar haciendo lo que tiene que hacer. Esto sería suficiente para la disolución del gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones pero no, estamos hablando del barbudo y gallego señor Rajoy que aprendió de pequeño que uno puede apropiarse del poder político de manera ilegítima, deshonesta y autoritaria. Sí, lo sé, estos adjetivos son de mi cosecha**. Para Rajoy es solo algo natural. Como tiene que ser.

* Estos dos adjetivos son de mi cosecha puesto que es evidente que las familias franquistas consideraban el golpe de estado, la guerra que provocaron y la dictadura como algo legítimo, legal, divino y absolutamente necesario.

** ¡Rajoy DIMISIÓN!

[Entrada escrita sin mencionar ni una sola vez a B******s, la segunda ya tal]

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