Como Ana Palacio en su tendencioso artículo sobre el caso Assange habla de Venezuela, voy a aprovechar para señalar las fuentes que utiliza, la ministra de Asuntos Exteriores de la ilegal guerra de Irak y de la isla de perejil, para apoyar sus argumentos. La exministra Palacio hace mención a un informe del International Crisis Group sobre Venezuela del cual refiere que «la organización de las próximas elecciones [está] plagada de irregularidades, al tiempo que destaca la inexistencia de una igualdad de condiciones en los medios de comunicación«. Pero, ¿qué es el International Crisis Group?. Creada en 1995 es una organización independiente, sin ánimo de lucro y no gubernamental comprometida con la prevención y resolución de conflictos graves, que se define a sí misma como «una fuente independiente líder en el análisis y asesoramiento sobre la prevención y la resolución de conflictos violentos, que trabaja para librar al mundo del azote de la violencia masiva, el terrorismo y la guerra«. Veamos lo independiente que es. Un 20% de la financiación que recibe Crisis Group proviene de empresas y personas individuales, un 26% de Fundaciones Internacionales y un 54% de gobiernos occidentales, entre los que se encuentran EE.UU y también la Comisión Europea, que ya sabemos la poca estima que tiene al gobierno bolivariano compartida a su vez por la mayoría de los gobiernos financiadores. Entre los financiadores también se encuentran compañías petrolíferas como British Petroleum (BP), Shell, Statoil y Chevron que aún teniendo actualmente contratos petrolíferos en Venezuela son conscientes de las mejores condiciones que conseguirían con otro gobierno más dócil. ¿Es realmente independiente esta organización? ¿Cómo pueden garantizar su independencia recibiendo dinero de gobiernos e instituciones con evidentes intereses en países, que se alejan de su órbita, como Venezuela? No dudo de la labor que puedan realizar en países en conflicto [sobre todo y especialmente en aquellos que para las potencias occidentales no tienen una especial importancia en el tablero geopolítico y económico] así como del interés de los informes que elaboran pero me cuesta aceptar como fuente independiente a una organización que se sostiene con dinero gubernamental y empresarial. De la misma manera que me cuesta leer un artículo de Ana Palacio y no pensar en la hipocresía de aquellos que un día tuvieron responsabilidades públicas ante los ciudadanos.
[También me resulta curioso que dentro de sus campos de actuación no se encuentre ninguno de los países de los gobiernos financiadores, excepto Turquía. ¿No existen conflictos graves en estos países?]