Rajoy no improvisa. ¿A alguien le cabe en la cabeza que lo haga? Por una parte, el guión económico marcado desde el Parlamento y el Banco Central alemán está hecho y el gobierno del Partido Popular solo tiene que ajustarse al mismo. Rajoy no tiene que hacer nada más que obedecer de la misma manera que obedeció Zapatero. Por otra parte, el margen de maniobra política nacional que queda, sigue un guión conocido, planificado y desarrollado en muchas de las comunidades gobernadas por el Partido Popular. Claro que no hay lugar a la improvisación aunque parezca con sus declaraciones que no saben lo que hacen. Una cosa es que dijeran que el copago (repago o inicio de la privatización del sistema sanitario) «no está sobre la mesa, así de simple, así de claro«, y otra cosa es que lo pensaran. Una de las características de este sistema es que las palabras han dejado de tener valor. Cuando un profesional de la política expone un posicionamiento, este no tiene que ver con lo que va a suceder realmente en el futuro sino con lo que se quiere transmitir en ese momento a la opinión pública, lo cual suele ser tendencioso o arbitrario y basarse en el «te digo lo que quieres escuchar». Desdecirse y hacer justo lo contrario, no ya años después sino meses, e incluso días, mas tarde, tampoco tiene una consecuencia. No pasa nada. Pueden equivocarse en la estrategia o en el proceso pero tienen muy claro adonde van. Las medidas están muy bien dirigidas y se aplican paso a paso, poco a poco, pero abriendo una grieta lo suficientemente amplia para ir introduciendo una cosmovisión de la sociedad y de la política en la que los derechos de los ciudadanos, sino desaparecen, estarán siempre en un segundo, tercero o cuarto plano con respecto a los intereses económicos y financieros. Hoy se pagará por los medicamentos, mañana se añadirá el pago por otras prestaciones sanitarias y pasado se privatizará el sistema de salud. Hoy se anuncia que dentro de las próximas medidas estarán las prestaciones por desempleo y todos sabemos que no serán para aumentarlas ni para llegar a un mayor número de personas ni para fortalecer los derechos de los trabajadores. Las medidas que se tomarán siempre serán coherentes con esa cosmovisión. El contexto actual y el argumentario construido para moldear la mente del ciudadano son los idóneos para que el tiempo de aplicación de estas medidas se acorten, se nos lancen sin intervalos, sin que nos permitan respirar. Pero es que, nos dicen, no hay otra forma de hacer las cosas ¿verdad? o…¿mentira?