Lo que está sucediendo actualmente con el pueblo gitano es el mayor problema de derechos humanos que tiene Europa. Persecuciones, expulsiones, asesinatos,…ya he dedicado varias entradas a denunciar esta situación sobre la que una gran mayoría de los ciudadanos españoles es ignorante o no le da importancia. No dejan de ser gitanos, y ya sabemos que popularmente se piensa que algo habrán hecho o, como dice un conocido, si les discriminan en todos los sitios será por algo. En el estado español aún no se ha producido una reflexión sobre nuestras creencias y prejuicios hacia este pueblo, desconocemos su historia y despreciamos su cultura, siendo objeto de chistes y de burlas, les juzgamos como pueblo a partir de comportamientos individuales y no nos preocupan la discriminación y el racismo, puesto que no dejan de ser gitanos. Muchos ciudadanos españoles son racistas con este pueblo y la mayoría es incapaz de reconocerlo, puesto que en su concepción de racismo los gitanos no entran. Entran los negros, los musulmanes pero los gitanos no, ellos son los culpables. Vagos, maleantes, sucios…las opiniones no son diferentes de las opiniones que sobre los negros vertían y vierten los racistas estadounidenses pero aquí si se pregunta a uno, dirá que no es racista y que en este estado no existe el racismo. Ahora, en todas las encuestas del CIS los gitanos aparecen como el grupo social más rechazado, por encima de cualquier otro. No es cuestión de victimizar a este pueblo sino de reconocer y modificar nuestros prejuicios y creencias erróneas que muchos no gitanos tenemos hacia ellos. Tenemos que empezar a mirarnos a nosotros mismos y dejar de mirar tanto a los gitanos con esa mirada sucia de la que hablaba hace tiempo José Heredia. Muchos, muchos ciudadanos no están en este proceso pero sí participan de las bromas y de las burlas que puedan desencadenar hashtags como el de #cosasgitanas. No sé la intención de quién generó este hashtag pero sí de las consecuencias. Aquí van algunas:
Racismo puro y duro.
#cosasgitanas Respetar a tus abuelos y no olvidarlos en residencias.
De todas las culturas se pueden aprender cosas positivas.
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De todas. Y del pueblo gitano poco conocemos. Pero insisto en que los no gitanos tenemos pendiente una reflexión sobre qué pensamos y cómo nos condiciona lo que pensamos sobre el pueblo gitano. Nos falta un reconocimiento de nuestras actitudes, pensamientos y comportamientos discrminatorios y prejuiciosos hacia un pueblo, del que conocemos muy poco y, lo que es peor, del que poco nos interesa conocer. Parece mentira que los gitanos españoles vivan en la península ibérica desde antes de que este país se llamará España y les tratemos como algo ajeno.
Salud
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