Camps no es culpable que no es lo mismo que ser inocente pero para el caso da igual. Tanto el honorable como Ricardo Costa han sido absueltos del delito de cohecho pasivo impropio por no considerar probado que los regalos hayan sido pagados por la trama Gürtel. 5 votos a favor frente a 4 en contra. El veredicto del jurado popular es un espejo de los resultados de las últimas elecciones en la Comunidad de Valencia, en las que también fue declarado no culpable por 1.208.603 votantes, aunque supieran de los tejemanejes de Camps. ¿Qué se podía esperar, con estos antecedentes, de un jurado popular? Aquí no solo estamos hablando de justicia sino de miles de personas que han apoyado a políticos que han convertido a la Comunidad valenciana en el paraíso de los mangantes. Sin el apoyo y la comprensión popular de estos delincuentes no tendrían ninguna posibilidad de dirigir organismos públicos.
Con el actual gobierno español, los ciudadanos no solo nos enfrentamos a la crisis económica sino también a una forma de entender la sociedad y la gestión pública donde los tratos de favor, el clientelismo, las cacicadas, las tramas corruptas y la soberbia propia de los que detentan el poder estarán a la orden del día, de la misma manera que ya lo están en aquellas comunidades donde los populares gobiernan desde hace años como la Comunidad de Madrid o la de Murcia. La estructura de los organismos públicos es utilizada para conseguir beneficios privados, sin importar que sea a costa de la ley. Muchos confiábamos en que la independencia del poder judicial fuera la herramienta del estado de derecho para neutralizar la acción delictiva pero en la mayoría de los casos no ha sido ni es así. La sentencia de Camps y Costa ahonda en la desconfianza que muchos ciudadanos tienen ante las instituciones del estado. Al igual que el proceso seguido contra Garzón por ordenar la intervención de las conversaciones mantenidas por los delincuentes de la Gürtel. La perversión de este sistema nos podría llevar a que el juez instructor del caso Gürtel sea declarado culpable mientras que los responsables de la trama son absueltos. Nada de esto ayudará a confiar en la justicia española.