El editorial de hoy de El País reconoce el chantaje* que los mercados están haciendo a España, entre otros países, pero lejos de criticar y denunciar este ataque a la soberanía nacional, critica la posibilidad de un referéndum, tachándolo de iniciativa peligrosa. Considera peligrosa la participación ciudadana pero no la irresponsable acción de los mercados. Además, avanza que si se produjera un referéndum la participación sería probablemente muy escasa. ¿Qué datos tienen para hacer esta afirmación? ninguno, pero esta afirmación sirve para el propósito del editorial: rechazar la posibilidad de un referendum. Prefiere la ley orgánica que desarrolla los principios de la reforma porque permite una deliberación más sosegada y las matizaciones que un referéndum no permite. Ahí queda la cosa.
* ¿cómo evitar que la mera posibilidad de su celebración sea considerada por esos mercados tan sensibles a lo imprevisto un factor añadido de riesgo que penalice nuestra deuda soberana?