¿Alguien se imagina la reacción que hubiera provocado que un miembro de la izquierda abertzale hubiera dicho «me he divertido mucho con el terrorismo»? Cómo mínimo desterrado a Siberia o condenado a morir en lucha desigual con los leones. A Fernando Savater se le tira un poco de las orejas y ya está, por servicios a la patria. ¡Viva el nacionalismo español!