A pesar del burdo intento de Gallardón de entorpecer la marcha de la manifestación contra la impunidad de los crímenes fascistas, permitiendo la circulación en la calle Alcalá hasta minutos antes de su comienzo, esta convocatoria ha sido un éxito de participación y compromiso (veremos hasta donde llega). Las banderas republicanas han vuelto a ondear en las calles de Madrid mientras que miles de ciudadanos pedían verdad, justicia y reparación. ¿Son demandas disparatadas para una democracia?