Democracia de mayorías

Las palabras se vacían de significado o no se definen de manera concreta o se les da múltiples variantes según la perspectiva de origen. Se impone la mirada individualista, lo que para mí significa una palabra, un concepto o una idea frente a la deliberación, la construcción de consenso, lo común en la mirada. Según los intereses de los grupos de poder nos reducen las ideas emancipadoras a la mínima expresión, se liman las aristas hasta que se convierten en inofensivas. Los conceptos se amplían hasta que se convierten en todo o se reducen hasta que se convierten en nada. Las maneras de deformar las palabras, los conceptos y las ideas son muy variadas y efectivas, de tal forma que la confusión es el estado actual de las sociedades del siglo 21. Estamos en un momento en el que algunas personas pueden pensar que la democracia es un peligro, la dictadura una solución tolerable en función del contexto, la tortura una necesidad en pos de la seguridad o el genocidio un derecho a la defensa de la existencia de otros grupos nacionales.

La idea moderna de democracia se ha construido en función del interés del sistema político imperante. Se la ha desprovisto de su potencial emancipador y se la ha reducido a la dictadura de las mayorías. Cualquier cosa que vota una mayoría se proclama como democrática. Los sistemas políticos configuran la idea de democracia y el capitalismo quiere una democracia de mayorías, que comparta los valores que propugna y que sea, en su práctica, contradictoria. Las mayorías pueden elevar al poder a un potencial dictador de la misma manera que pueden dar el beneplácito a un demócrata. Solo se necesita ser más que el contrincante. La fuerza de la extrema derecha, de políticos como Narendra Modi, Donald Trump o Viktor Orban, radica en que cualquiera que consiga una mayoría alcanza el poder. Aunque se organicen pogromos contra los musulmanes, conspiren para anular los resultados de elecciones legítimas e inciten a la insurrección o se discrimine a la comunidad LGTBIQ+ y al pueblo gitano. Las mayorías pueden crear monstruos.

La democracia debe estar vinculada a principios éticos universales que promuevan la dignidad humana, la convivencia pacífica, la justicia y la búsqueda del bien común. Cualquier atentado a estos principios deben ser considerados actos contra la democracia independientemente de las mayorías. Si las mayorías se imponen sin respetar estos principios, países como la India, Estados Unidos o Hungría deben considerarse países no democráticos. La constante deformación del concepto de democracia requiere una redefinición, desde el debate y la deliberación sobre los valores a los que debe estar vinculada y que deben tener relación con la construcción de sociedades libres, igualitarias, equitativas y solidarias. Es necesario construir contenido emancipatorio que permita rellenar el vacío e impedir el uso de la idea de democracia para validar regímenes criminales, autoritarios, discriminatorios y hostiles hacía minorías y colectivos vulnerables. Un contenido no solo desde el plano teórico, sino ejecutado y desarrollado en la práctica.

La Unión Europea construye una democracia formal, basada en principios y valores, que no son validados en la práctica de los gobiernos europeos. Una política fascista como Giorgia Meloni es naturalizada como dirigente democrática, porque las mayorías así lo dicen, y considerada por la revista FORBES la tercera mujer más poderosa del mundo en 2024 y la persona más poderosa de Europa en 2025 por el medio Politico Europe. Lo llamativo de esta situación es el fácil encaje de una política, que ha militado en varios partidos neofascistas, dentro de las instituciones y espacios de poder europeos. Esto no nos habla de Meloni sino de la naturaleza de la Unión Europea, que es capaz de integrar en su seno a políticos ultraderechistas, que buscan erosionar los derechos fundamentales de la ciudadanía europea, con el respaldo de las mayorías electorales en sus países. La contradicción entre lo que Europa dice que es y lo que hace alimenta la narrativa ultraderechista que puede ahondar en la falta de honestidad política y transformar los inoperantes principios formales de la Unión en la semilla de su desarticulación.

La democracia de mayorías es la manera que el capitalismo ha ideado para desproveer a la democracia de significado. En la democracia de mayorías todo vale. Sirven Meloni y Orban, Bolsonaro y Modi, Duterte y Trump como dirigentes democráticos.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.